viernes, 14 de enero de 2011

Besos de bebé

¿Por qué será que no recuerdo cuando era bebe? Se que no soy el único. Estoy seguro que es la parte más desnuda de mi vida y me gustaría acordarme, por ejemplo cuando me sacaron la foto que solía estar en la mesa de luz junto a la cama de mis padres ¿Será que la pureza natural no es suficiente para sobreponerse a lo negro de la vida que le sigue a cualquiera? Tal vez es eso, cuando comenzamos a crecer suelen desvanecerse esas pequeñas cosas para tirarnos de cabeza en un tobogán inmenso e infinito del que nos podemos bajar, pero nunca lo hacemos. A diferencia de los toboganes de las placitas donde antes solía pasarme tarde y noche jugando. Donde los chicos suben, bajan y vuelven a subir.
   Hace un tiempo pasé por una plaza y los observé, pareciera que sus piernas no van a parar de saltar y que sus labios solo pueden sonreír. Era divinamente envidiable esa sensación de corazones despiertos y manos abiertas, esas voces que parecen ecos de cada amanecer como el aturdidor sonido del sol naciente raspando las última aguas. Y lo más brillante de todo, sus risas cuadros de vida y sinceridad.
  A lo mejor ya no tengo esa risa entre mis capacidades, pero están en mi memoria rara vez amanecen gracias a algún alma poética de no más de metro y medio, y despiertan la nostalgia de plazas y jardines. Olvidada gracias a otra persona que como yo, se ríe solo con su rostro y es aburridamente alto.

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